martes, 15 de enero de 2008

I, Dolarbot

I, Dolarbot

Retrato del abominable neocon de asalto Dolarbot surgiendo, entre ardientes chorros de vapor, del interior de su puchero volante a presión.

Obviamente, su sola imagen sirve para dar una certera idea de su principal peculiaridad; a saber, la de pasarse por el forro de los diodos las leyes de la robótica.*

Desconozcemos hasta la fecha su identidad real; por lo que cualquier información, que se nos haga llegar sobre la misma y sobre sus directrices de rastreo y ataque, será agradecida con una mención honorífica especial.



[Nota]*

Las Leyes de la robótica son unas leyes imaginarias, propuestas por Isaac Assimov como método de control comportamental de los robots. Fueron formuladas del siguiente modo:

    1.- Un robot no puede dañar a un ser humano ni, por inacción, permitir que éste sea dañado.

    2.- Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos excepto cuando dichas órdenes entren en conflicto con la Primera Ley.

    3.- Un robot debe proteger su propia existencia hasta donde esta protección no entre en conflicto con la Primera o la Segunda Leyes.

En sus últimas novelas, Assimov introdujo una Ley Cero de la robótica, cuya obediencia sería prioritaria sobre las tres anteriores:

    0.- Un robot no puede realizar ninguna acción, ni por inacción permitir que nadie la realice, que resulte perjudicial para la humanidad, aun cuando ello entre en conflicto con las otras tres Leyes.



Esta fotografía está dedicada a Julio Arrieta, gran amigo y coparticipante, entre otras, de esta majarada robótica y frikarda.

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